jueves, 21 de abril de 2011

Un cuento árabe sobre la amistad

A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un viejecito
que se encuentra descansando:
-¿Qué clase de personas hay aquí?

El anciano le pregunta:
"¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?"

-"Oh, un grupo de egoístas y malvados" replicó el joven.
-"Estoy encantado de haberme ido de allí."

A lo cual el anciano comentó:
"Lo mismo habrás de encontrar aquí."

Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis, y viendo al
anciano, preguntó:
-"¿Qué clase de personas viven en este lugar?

"El viejo respondió con la misma pregunta:
"¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?"

-"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me
duele mucho haberlos dejado."

"Lo mismo encontrarás tú aquí", respondió el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
-"¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?

A lo cuál el viejo contestó:
"Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquél que no
encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa
aquí. Aquél que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá."

jueves, 14 de abril de 2011

DISCRIMINACION

TANGAZO

Sueño de barrilete
Música: Eladia Blázquez
Letra: Eladia Blázquez

Desde chico ya tenía en el mirar
esa loca fantasía de soñar,
fue mi sueño de purrete
ser igual que un barrilete
que elevándose entre nubes
con un viento de esperanza, sube y sube.
Y crecí en ese mundo de ilusión,
y escuché sólo a mi propio corazón,
mas la vida no es juguete
y el lirismo en un billete sin valor.

Yo quise ser un barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la vida es algo más
que darlo todo por comida.
Y he sido igual que un barrilete,
al que un mal viento puso fin,
no sé si me falló la fe, la voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.

En amores sólo tuve decepción,
regalé por no vender mi corazón,
hice versos olvidando
que la vida es sólo prosa dolorida
que va ahogando lo mejor
y abriendo heridas, ¡ay!, la vida.
Hoy me aterra este cansancio sin final,
hice trizas mi sonrisa de cristal,
cuando miro un barrilete
me pregunto: ¿aquel purrete donde está?

Cuento chino

La sospecha


Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino.
Espió la manera de caminar del muchacho, exactamente como un ladrón.
Observó la expresión del joven, como la de un ladrón.
Tuvo en cuenta su forma de hablar, igual a la de un ladrón.
En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto.

Pero más tarde, encontró su hacha en un valle.
Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos
y acciones del muchacho parecían muy diferentes de los de un ladrón.

(Lie Dsi)